Cuando miro a mi ciudad natal hoy, veo las mismas oportunidades ilimitadas que encontró mi padre, pero también veo aún más barreras regulatorias que crecen y se multiplican con cada año. El capitalismo de Estados Unidos se basa en individuos que persiguen sus intereses separados, siendo la aglomeración de intereses propios lo que mueve a la sociedad hacia arriba. La mera benevolencia, por lo tanto, no debería ser una calificación suficiente para su representante. Quiero estar en el ayuntamiento por motivos egoístas:

• como empleado de una pequeña empresa local, quiero que mi empresa prospere en el tipo de entorno favorable a los negocios que una vez convirtió a Sunnyside en el centro minorista del valle inferior.
• como propietario de una propiedad comercial, quiero reprimir el torrente de regulaciones caprichosas que han aplastado el valor de las propiedades y desincentivado las inversiones comerciales.
• como emprendedor, quiero aportar mi aprecio por la sabiduría del libre mercado y desplazar la ilusión de que los funcionarios de nuestra ciudad pueden planificar la economía de manera centralizada.
• como contribuyente, quiero que se realice al menos una cantidad mínima de diligencia debida antes de que el ayuntamiento contrate a otro reclutador minorista, consultor de marketing o empresa de medios que se aproveche de la ingenuidad de las ciudades pequeñas y la disfunción de los gobiernos locales.
• como miembro de un hogar multigeneracional, quiero estar libre de temores por la seguridad de mis hijos y sus abuelos.
• como nativo de toda la vida de Sunnyside, quiero que sea más fácil justificar el orgullo que siento por mi ciudad natal.

Estos objetivos personales permanecerán alineados con los intereses colectivos de Sunnyside solo en la medida en que pueda hablar con nuestra comunidad y esté dispuesto a escuchar a nuestros negocios locales. Prometo estar conectado con la gente de Sunnyside para que podamos trabajar juntos y prepararnos para nuestro futuro.